viernes, 30 de septiembre de 2016

¡Cómo mola China!

Me están pasando cosas alucinantes en este increíble país. Cada día que pasa es diferente, nunca sé dónde voy a terminar durmiendo, ni siquiera sé qué ciudades visitaré, tengo una sensación de libertad absoluta y simplemente me dejo llevar por los acontecimientos, y siempre me sorprende algún paisaje nuevo o alguna historia extravagante como la que me ocurrió ayer. Pero lo contaré por orden cronológico.

Me levanté a las 10, y hasta las 11 no empecé a rodar. Salí de Urumqi por la nacional, esquivando camiones, aguantando el humo y la suciedad que hay siempre a las afueras de las grandes ciudades. Había pasado mala noche, cené en un puesto callejero una especie de pizzas, muy ricas, pero me sentaron fatal y estuve vomitando en el baño del hotel, hasta las 04:00 no me pude dormir.

Así que todo me hacía pensar que iba a ser un día duro, de pocos kilometros y sin ganas de pedalear. Pues todo lo contrario, a los 50km de Urumqi la nacional estaba cortada, y la única posibilidad era ir por la autopista, mi querida G30, cosa que agradecí. El viento me soplaba a favor y empecé a hacer muchos kilometros a más de 30km/h. Además tras subir una pequeña  colina empezó un laargo descenso con viento a favor. Terminé acampando muy cerca de Turpan a unos 180km de Urumqi. Impresionante.

Y a partir de ahí empezaba el desierto, mucho calor por el día, y fresquito por la noche, pero de momento nada exagerado, se lleva bien. Eso sí, estoy bebiendo más agua de lo habitual, entre 4 y 5 litros diarios, siempre tengo la precaución de llevar mínimo 3 litros de agua de reserva en el carrito, más los bidones.

De todas formas al ir siempre por carretera no hay mayor problema, ya que como mucho cada 100-120 km me encuentro con alguna gasolinera donde comprar víveres. Lo que asusta realmente es mirar a los lados, y ver la infinidad del desierto, y pensar en adentrarse en él, por algún caminito que no es otra cosa que las marcas de las ruedas de algún todoterreno, eso sí acojonaría.

Otra cosa a tener en cuenta son los desniveles, desde Polonia no subía un puerto, y aquí no es que sean puertos, pero la carretera te lleva por zonas que pasas de 500m de altitud a 2000m, con pendientes bajísimas casi no te das cuenta de que estás subiendo, pero al final del día las piernas lo notan.

Y así, en solo 4 días, con mucho viento, en todas direcciones, aveces a favor, otras de costado, otras en contra, llegué a Kumul, según mi mapa, Hami le llaman aquí. Bonita ciudad, un oasis en mitad del desierto, con muchísima seguridad, mucha policía en cada esquina. He aprovechado para cambiar la cubierta trasera, ningún pinchazo en 7500km y en los últimos 200km sufrí 2. Debido a que la cubierta estaba super desgastada, y empezarón a salir unos clavos que lleva dentro que pinchaban las cámaras.

El hotel un sueño, un 4 estrellas, a pesar de eso tuve que regatear el precio, cosa que me extrañó, me dijeron uno muy alto, y cuando me estaba yendo del mostrador para buscar otro hotel, me dijeron que podían bajarlo jeje. Cosas chinas. Al final 24€, con desayuno buffet.

El desayuno espectacular, una sala gigante llena de chinos a rebosar, yo era el único guiri. Y la experiencia ha sido impresionante, solamente el verles comer a toda velocidad con los palillos, o como se comen una sopa con carne a las 8 de la mañana.
Yo me he inflado a arroz, a huevos, tomates, pan. En fin muy rico, casi salgo de allí rodando de todo lo que he comido.

Y otra vez a la G30, al desierto, no os podéis imaginar la alegría que da ir por el desierto y encontrar un puesto de melones y sandías, suelen costar entorno a 1€ la pieza. Voy alternando entre melón y sandía en cada puesto, están riquísimos, y nunca cargo con ello, siempre me los zampo enteros jeje.

Pues llevaría unos 200km desde Kumul, cuando iba rodando tranquilamente por la autopista, cuando de repente delante de mi ha parado un autobús que iba sin pasajeros, solo el conductor. Me acerco a la puerta para ver qué quiere y me hace un gesto de que suba la bici que me lleva. Y yo "pues vale" porque al tener solo 30 días de visado en China, y tener que hacer más de 4000km, me tendría que pegar auténticas palizas todos los días para llegar a Pekín antes de que se me acabase.
El tio no me abre el portón del equipaje, me dice que suba todo y lo ponga en el pasillo o en los asientos jaja. Yo flipo un poco.

El hombre es un auténtico personaje, está loco, y es super agresivo al volante, va pitando a todos los camiones y coches que se encuentra, pega frenazos sin venir a cuento, en un peaje había una fila enorme de camiones, y el tio por no esperar se ha metido por el arcén. Y le ha visto la policía, lo han parado y lo han multado. Después de la multa un cabreo impresionante, yo pensé que me iba a echar del autobús, ya contaba con ello, pero no, ha pagado su rabia con el resto de conductores de la vía, pitando el doble que antes.

En los peajes me ofrecí a pagarlos a medias, pero se negó a aceptar ni un yuan mio. La comunicación con él es casi imposible, no habla nada de inglés, y yo intentando omunicarme con el traductor, pero no hay manera, no me entiende.
Tanto es así que yo pensaba que me iba a llevar solo hasta el pueblo siguiente, yo le iba diciendo nombres de los siguientes pueblos o ciudades para saber a dónde se dirigía, pero no había manera, no entendía nada de lo que le decía.

Así que la estrategia fue dejarse llevar, "bueno, ya parará en algún lado" pensé, y así fueron pasando los kilometros, y los pueblos y ciudades.
A las 19:00 cuando empezó a anochecer el tio me mandó a la parte de atrás a dormir, ahí comprendí que iba a ser un viaje largo.

Imaginaros mi situación, yo solo en un autobús con un tio un poco desequilibrado y sin tener ni idea de a dónde me dirijo. Qué grande es viajar!!
Os juro que no exagero si os digo que el tio se ha fumado 3 paquetes en 10 horas. Nunca había visto a nadie fumar tanto, se acaba un cigarro y se encendía el siguiente, sin descanso, así todo el rato, brutal.

Por la noche se quedaba totalmente sobado, y yo le daba agua, comida, le compré una pepsi en una de las paradas pero no la quiso, pensé mil veces en decirle que me bajara en la siguiente salida, pero a ver qué hacía de madrugada en alguna salida de la autopista teniendo que buscar a oscuras algún sitio donde poder pasar la noche. Llegué a pasar algo de miedo, ojo era un miedo 100x100 vial, a que se quedase dormido al volante y tuvieramos un accidente, en ningún caso me he sentido inseguro en otro sentido, ni en el autobús, ni en China, que es un país super seguro, ni en todo el viaje.

Es el peor conductor que he visto nunca, lo único bueno es que no iba muy rápido, más bien iba pisando huevos. En plena madrugada no se le ocurre otra cosa que sacar el micro y ponerse a cantar como un perturbado, tengo varios videos, un descojone, yo me alegré, ya que así no se dormía al volante.

Y por fin paramos en una estación de servicio a dormir, él tirado en un colchón en el pasillo del autobús y yo en los asientos, el tio roncaba como una bestia, así que no ha sido la mejor noche del viaje ni mucho menos.
Por lo menos por la mañana y enseñándole un mapa me quedó claro que nos dirijiamos a Lanzhou. Me dejó en una gasolinera a unos 80km de la ciudad, y escribió algo en un papel. Esta vez sí que hizo el gesto con la mano de que quería dinero, pero con una sonrisa le he dicho "no money" y ahí terminó nuestra extraña relación..

Pues lo que iban a haber sido 10 días por el desierto, lo he hecho en solo 2.
¿Qué supone esto? Que tengo más tiempo, ahora estoy en Lanzhou, ciudad que en ningún momento entró en mis planes visitar, pero aquí estoy, cosas de viajar a la aventura. Y estoy a unos 600km de Xian, que será la próxima ciudad donde descanse. Podré ver los guerreros.


















lunes, 26 de septiembre de 2016

Urumqi (China)

A las 19:30 había quedado con Yershov y su novia en la estación de tren de aktobe, mi tren salía a las 21:45. Pero preferiamos ir con tiempo al tener que meter tanto equipaje dentro del tren, (bici + carro).
Pase el día visitando la ciudad, había un parque y poco más, y a las 19:00 me fui a la estación.
Menos mal que había wifi, aunque funcionaba fatal. A las 20:00 empecé a ponerme nervioso porque ni rastro de mis amigos, ni tampoco les llegaban mis mensajes, a las 20:45 comprendí que me iba a tocar afrontar solo la subida al tren, así que empecé a desmontar la bici en la entrada de la estación, justo donde se ponen las mafias con unos carritos que se caen a cachos a ayudar a la gente a subir el equipaje al tren.
Y digo mafias porque por primera vez en todo el viaje he sido timado.

Se acercaron a mi 2 hombres mientras desmontaba las ruedas de la bici, y me decían que me ayudaban a llevarlo todo al tren, sin darme tiempo a contestarles, ya estaban cargando mi equipaje en su carrito.

En el vagón del tren se pusieron a hablar con la revisora, es increíble porque hay dos revisores por cada vagón que hacen todo el trayecto junto con los pasajeros, y me decían que tenía que pagarla 5000 tengues de soborno si quería subir con todo ese equipaje, bueno que remedio, y otros 5000 tengues a ellos por la ayuda.

No me quedó más remedio que pasar por el aro. Y justo 15 minutos antes de que sañiera el tren aparece Yershov disculpandose de no venir antes, pero tuvo problemas en el curro, y me confirmó lo que yo ya sabía, que lo de la revisora está dentro de lo habitual, pero el servicio de los otros valía unos 600 tengues.
1€ = 375 T
Al final me costó el billete 25€, y en sobornos y estafas me tocó soltar otros 25€.

Encima me dejaron el equipaje tirado en mitad del vagón de cualquier manera, y ahí vino lo mejor, todos los pasajeros se pusieron a ayudarme a colocarlo, tenía cosas repartidas por todos los compartimentos.
En cada compartimento 4 camas, a mi me tocó viajar con 3 señoras mayores. Super majas, me trataron como a un hijo, no paraban de darme de comer, me hicieron la cama, en fin un lujo.

El viaje, pues imaginaros 41 horas metido en un tren, lo más interesante, bueno lo único interesante eran las paradas, había paradas de hasta 50 minutos de duración, había gente que se iba al pueblo a hacer compras, yo no me alejaba más de 10 metros del andén por si acaso. Y aquello era un espectáculo de comerciantes vendiendo de todo, hasta algunos subían al tren y hacían la ronda vendiendo desde baratijas, a pollos, o pescado que dejaban un olor curioso ahí dentro.

Y por fin, tras un millón de paradas, llegada a Almaty, ciudad a la que le debo una segunda visita, ya que lo bonito está a las afueras, por lo visto hay una pista de hielo espectacular y unas rutas de trekking por las montañas que rodean la ciudad que son de más de 5000 metros de altitud.

Yo lo que pude ver es lo feo, el centro, lleno de tráfico, suciedad y aire sucio.
Así que pasé un día y me fui dirección China, allí están construyendo una super autopista que comunica Khorghos con Almaty, por la que obviamente todavía no dejaban pasar a los coches, pero al ir en bici a mi me dejaron ir, y no pudo ser mejor idea, tenía una autopista para mi solo, y los operarios de la obra me paraban para hacerse fotos conmigo, o invitarme a comer o darme agua.

Se me pasaron volando los 350 km hasta la frontera.
No me lo podía creer, estaba apunto de cruzar a China, solo dos meses y una semana después de salir de mi casa en Collado Villalba.
Un sentimiento de alegría inmenso haber llegado hasta aquí, pero no es momento de descorchar el champán, aún quedan muuchos kilometros por recorrer.
La frontera facilísima, más difícil quitarse de encima a los pesados militares kazajos y sus bromas, que entrar en china, donde en 5 minutos me pusieron el sello, y dispongo de 30 días de visado...

Enseguida notas la diferencia, los edificios grandes y modernos, las carreteras bien asfaltadas, la cantidad de comercios y de gente por todas partes, aquí no es tan fácil acampar, y hay que buscar un buen sitio con tiempo suficiente antes de que anochezca.

En esta región en cada gasolinera para entrar hay un coche de policia a la entrada vigilando cada coche y pidiendo la documentación, y no solo en gasolineras, también en cada hotel, o hasta restaurante, resulta un poco exagerado y hasta roza lo ridículo.

Tras unos kilometros por una nacional, de repente carretera de peaje, las bicis no pagan, o eso creo, ya que yo pasé haciendome el despistado por el hueco entre barrera y arcén y nadie me dijo nada.

El paisaje impresionante, montañas alrededor de más de 5000 metros nevadas todo el año, tuve que subir desde los 700m hasta los 2200m de altitud. Pero la carretera era muy tendida y se hacía sin demasiado problema, aún así tardé unas 3 horas en subir el puerto.

Y luego unos 50 km de bajada, disfrutando como un enano a 30 km/h sin dar pedales durante más de una hora, una gozada.

A partir de ahí carretera llana hasta Urumqi, pasando por algunos pueblos preciosos y otros horribles, yo voy alternando el colarme en la autopista que aveces es de peaje con la nacional, que aveces está llena de arena y sobretodo de camiones.

650 km entre la frontera y Urumqi, en total más de 1000 desde almaty sin ducha, me dio tiempo a pasar uno de los pocos días malos animicamente que he tenido, hasta que hablé con la familia y todo mejoró.

Y la llegada a Urumqi, pedazo ciudad, en mi mapa parecía más pequeña, pero es enorme, aquí conviven los dos razas diferentes, los chinos Han en la zona norte y los Uigures en la sur, que son musulmanes. Impresionante visitar la mezquita y el bazar, y los innumerables puestos de comida callejeros que hay. Lo más típico son unos pinchos de cordero, riquísimos. Ayer pude probarlos cenando con un amigo, de mi amigo Dani, el cual estaba por aquí de vacaciones. A los cuales mando un saludo. Con Dani me encontraré en Hong Kong al final de la aventura, pero para eso todavía queda mucho.

Mañana a por el desierto, por cierto, por la censura china, no me va el whatsap ni el blogspot. Intentaré solucionarlo estos días.




















lunes, 12 de septiembre de 2016

Aktobe (kazajistán)

Como estaba previsto, fue una pasada cruzar el puente sobre el Volga para abandonar Saratov, varios kilometros mirando a ambos lados, en los que no puedes parar ni cambiar de dirección, ni subirte al gigantesco bordillo que daba lugar a la estrecha acera.
Y la salida de Saratov muy sencilla, nada que ver con la entrada, se nota que los pueblos al este de Saratov son más pequeños, y el tráfico también es inferior.

3 días he tardado en salir de Rusia, pasando por algún pueblo pequeño, en los que no había más que una tienda donde reponer víveres, y por muchos campos de cultivo. Carretera llana y sin viento, fácil rodar por ella, y pensando en llegar a la frontera los kilometros se han pasado volando.

La verdad es que estoy encantado por mi paso por Rusia, entré con mucho escepticismo, por todo lo que me habían contado o había visto en televisión. Y me voy encantado con la hospitalidad de los rusos, por como te saludan desde los coches, por sus paisajes verdes durante muchísimos kilometros y por su bien clima, claro que he estado en la zona sur de Rusia en verano, pero me ha hecho un tiempo cojonudo.

Si quereis visitar Rusia hay muchísima información en la página web de Rusalia, que la lleva una chica de Valencia. Impresionante cómo lo explica todo y cómo responde a cualquier duda. Gracias Irena.

Y sin más llegué a la frontera Kazaja, justo antes de cruzarla me pasó algo que no me ocurría desde Alemania, y es que me equivoqué de carretera, 15 km, con sus correspondientes 15 de vuelta. Vaya cabreo cuando estás deseando cambiar de país hacer 30km improductivos.

El paso por la misma fue sencillísimo, en el lado ruso estuvieron un buen rato mirando el pasaporte, mientras que estaba esperando a que me lo devolviesen se acerca un ciudadano Armenio que estaba con su furgoneta justo delante de mi en la fila para cruzar, me pregunta que de dònde soy y al decir spanish, me dice lo único que sabe en mi idioma, que no es otra cosa que:
"Hola guapa qué tal estás, quieres bailar conmigo".. Reímos, y justo antes de que le dieran permiso para continuar me regaló un paquete de galletas, que devoré en la frontera al instante.

Y del lado kazajo ya se notaba otro ambiente, los militares más relajados, no tan serios como los rusos. La chica de la ventanilla hablaba inglés y me decía que cómo no tenía miedo de viajar solo. Y que tuviera cuidado en kazajistán, aquí ya no era en el país vecino donde me lo advertían, sino en el propio. Me selló el pasaporte, me dio la inmigration card y tengo 15 días gratis de visado kazajo.

Menudo subidón al pasar, el haber llegado hasta aquí desde España, solo en bicicleta, en menos de dos meses. Me adentraba en un país con una superficie que es más de 5 veces la de España, y con un tercio de población en comparación con nuestro país. Aunque en teoria es ilegal, como en casi todos los países que he cruzado, imaginad lo fácil que es acampar por aquí, Kazajistán es como un camping gratuito gigante todo para ti.

Nada más entrar me encuentro a un chico haciendo autostop, se llama Danir, es kazajo y lleva 5 meses viajando a dedo. Me comenta que ha recorrido más de 60.000 km por Rusia, Georgia, Kazajistán, Bielorrusia. Impresionante. Intercambiamos teléfonos y redes sociales y continúo por la lamentable carretera que me llevaría hasta la primera ciudad grande, Uralsk. Poco tráfico, pero los innumerables baches hacen imposible el rodar rápido. En esas me cruzo con una caravana con matricula alemana, que al ver mi bici para al momento, y charlamos un buen rato sobre nuestras rutas, no recuerdo su nombre pero era un hombre de unos 50 años que viajaba solo en la caravana, había estado en todos los "stan" pasando por sitios míticos como la Pamir highway, Samarcanda. Me da una envidia tremenda, nos despedimos con un abrazo. Ya me dirás que tienen en común un español y un alemán, pero al cruzarte con un europeo viajero estando tan lejos, la sensación es como si me hubiera cruzado con alguien de mi pueblo, con un conocido de toda la vida jej.

Acampé como a unos 40km de Uralsk, y pensaba al día siguiente hacer noche allí en hotel, pero al despertar me doy cuenta de que hay un radio roto, lo cambio, y cuando voy estoy apretando el eje de la rueda trasera con los acoples para el carrito, este se me parte. Imposible seguir, tengo un eje de repuesto normal, pero no para llevar el carro. Así que lo único que se me ocurrió en ese momento fue esconder el carrito en un bosquecillo de la estepa kazaja, e irme solo con la bici a buscar el repuesto a la ciudad. Ya en la ciudad pregunto, como puedo, en una tienda de bicis, enseñándoles el eje partido, y me llevan a un taller cochambroso cercano. Durante un rato andan buscándome algo que me pueda servir, y como no tenían nada, lo que hace es que descabeza el eje normal que tenía de repuesto. En fin un lio, un apaño casero pero que funciona y con el que puedo seguir. Así que vuelvo al lugar donde dejé el carro, y acampo exactamente en el mismo sitio que el día anterior.

Al día siguiente con el cabreo por la ruptura, no quería saber nada de ciudades ni hoteles, así que solo pasé por Uralsk para aprovisionarme hasta arriba de agua y comida, ya que iba a encarar la estepa kajaza, 500km hasta Aktobe en los que solo te cruzas con dos pueblos pequeños en todo el camino.
Y así lo hice, lo de la estepa es algo impresionante, estás kilometros y kilometros sin ver absolutamente nada, es como un desierto algo verde y amarillento, precioso.

Y allí empezó el carrusel de paradas de coches. Me pasó algo que no me había pasado en todo el viaje, y es que por primera vez me paró la policía, no me gustó mucho su actitud, solo me pidieron el pasaporte, no intentaron estafarme ni nada, pero no fueron nada serios, no paraban de hacer bromas diciendo mi nombre por la megafonía del coche, o me daban la mano y me la retiraban y se echaban a reir. En fin, algo molestos, graciosillos y nada serios. Por fin se fueron y pude continuar.

Pero no acabaron las paradas, se ha convertido en la tónica habitual del camino. Al rato paran dos personajes jóvenes unos 100 metros delante de mi, y me hacen parar. Tienen mala pinta, uno va con el brazo escayolado, y no parecen de fiar. Estoy en una carretera en mitad de la nada en la que apenas pasa ningún coche. Tras preguntarme lo típico que de dónde soy y dónde me dirijo, uno de ellos me hace con los dedos el típico gesto de dinero, y yo pensando, ya la hemos liado primer robo. Pues nada más lejos de la realidad. Los chavales solo querían hacerse unas fotos conmigo, y el gesto del dinero es que me lo estaban ofreciendo por si lo necesitaba por supuesto lo rechacé. Increíble, lección aprendida, nunca prejuzgues por las pintas.
Tras unas risas con ellos continúo. A los 5 minutos me pita un coche al lado, son otra vez los chavales, el copiloto baja la ventanilla y me enseña dos ramitas llenas de cogollos, me dice que si quiero marihuana, que me la regalan. Me rio, y les digo que gracias pero la rechazo, aquí alguno también me matará por no haberlo aceptado hehe. Por fin se van los personajes y continúo un rato tranquilo.

El resto de paradas es de curiosos que al ver la bici se interesan, algunos paran delante y te hacen parar diciendo salam aleikum, otros muy graciosos, paran más adelante y fingen que están mirando el estado de las ruedas, yo me rio cuando les veo, y al pasar por supuesto aprovechan para pararme. Algunos me ofrecen agua o comida, que muchas veces cojo con gusto, y casi todos quieren hacerse selfies conmigo.
Otros me hacen el gesto con las manos indicándome que es muy grande la bici más el carro, y que no les cabe en el coche, que sino me llevaban a Aktobe.
A lo que yo les respondo, que tranquilo hombre, que me encanta pedalear por tu país, la carretera aquí está bien, hace buen tiempo, es casi siempre llana, no sopla el viento, el paisaje es espectacular y apenas pasan coches, y la gente es supermaja.

También he visto los primeros camellos, y no me refiero a los colgaos de antes del coche, sino camellos de verdad, pastando en la estepa a sus anchas junto a las vacas.

Y así de bien he llegado a Aktobe. Ayer contacté con una pareja local de couchsurfing que me estuvieron enseñando la ciudad, y estuvimos cenando y tomando cervezas.
Hoy he vuelto a quedar con ellos, ya que al tener solo 15 días de visado, obviamente no me da tiempo a cruzar este vasto país, y me van a ayudar en la estación de trenes.
Veremos qué pasa porque me dicen que no hay espacio físico en los vagones para meter todo lo que llevo..

La aventura continúa, cada vez más cerca de China...

Parando a comer
Saliendo de Saratov
Últimos pueblos rusos
Últimos pueblos rusos
Con Danir, que viaja a dedo por el mundo
Carretera en obras, tramos horribles
Uralsk
Baches 
Selfies varios
Camello
Camello
Preciosa la estepa kazaja
Estepa
Llegada a Aktobe
Amigos en aktobe

Saratov - Mokrous 120 km
Mokrous - ozinki 140 km
Ozinki - (afueras) Uralsk 115 km
Uralsk - zhimpity 150 km
Zhimpity - almaznoye 140 km
Almaznoye - kobda 130 km
Kobda - Aktobe 130 km